Interrogantes sobre la adicción a las compras
Navidad, tiendas, consumo…. No cabe duda que en la sociedad en la que vivimos tales términos están casi yuxtapuestos, prácticamente a través de un mecanismo de asociación aflora con asiduidad la respuesta de las compras. Pero en un mundo en el que impera el comercio ¿es normal consumir? ¿puede convertirse este consumo en un problema de adicción a las compras? ¿cuándo se puede definir como tal? ¿realmente toda persona que con frecuencia compra puede presentar criterios diagnósticos de adicción?
Conviene aclarar tales interrogantes, de modo que el lector no entre en confusión. Empezaremos utilizando el Manual Diagnóstico DSM-V en su última versión, y aunque en el mismo no se contempla expresamente la adicción a las compras en las adicciones conductuales, sin embargo, podemos entender esta adicción bajo los siguientes criterios (extraídos tales de la Revista Neuropsiquiatria 76 (4),2013, Alfredo H. Cía. Presidente, Asociación Psiquiátrica de América Latina. Santo Domingo República Dominicana) :
- Intenso deseo, ansia o necesidad imparable de concretar la actividad placentera
- Pérdida progresiva del control sobre la misma
- Descuido de las actividades habituales previas (familiares, laborales, académicas, de tiempo libre…)
- Estas consecuencias negativas suelen ser advertidas por personas allegadas
- Progresiva focalización de las relaciones, actividades e intereses en torno a la adicción
- Irritabilidad y malestar ante la imposibilidad de concretar el patrón o secuencia adictiva”
Siguiendo las directrices señaladas, conviene considerar varios términos como claves fundamentales en cualquier tipo de adicción: por un lado, la pérdida de control (la persona llega un momento que no puede modular su conducta de forma autónoma, consume más de lo que querría o esperaría en un principio) y cada vez necesita un mayor tiempo para desempeñar la tarea, interfiriendo de forma significativa en su funcionamiento diario, llegando a afectar a distintas áreas de su vida.
Estadísticamente los estudios señalan que la adicción a las compras afectaría de igual modo a hombres y mujeres;” la diferencia radica en el tipo de artículos que adquieren unos y otros con mayor frecuencia”. tal y como señala Susana Jiménez (Responsable de la Unidad de Juego Patológico y otras Adicciones Comportamentales del Hospital Universitario de Bellvitge en Barcelona) en la entrevista concedida al periódico “El Mundo”. De igual modo advierte en el mismo artículo, las distintas fases por las que todo comprador “no patológico” pasa a la hora de realizar una compra “observar el producto, recopilar información, evaluación del producto: comparar precios, valorar si lo necesitamos y finalmente comprarlo”, sin embargo “la persona con adicción a las compras pasa directamente de la primera a la última fase”.
De tales argumentos se deriva el hecho de que el comprador adicto no se plantea si tal producto lo va a necesitar o no, puesto que el medio compulsivo oscurece totalmente el proceso cognitivo. De ese modo, la persona puede juntarse con cientos de bolsos, zapatos, ropa, videojuegos…sin que objetivamente, necesite ninguno de estos artículos.
No cabe duda que nos encontramos inmersos en ciudades en las que no podemos dar dos pasos en la calle sin ver una sola tienda, por lo cual, este hecho hace a la persona con adicción a las compras tremendamente vulnerable al control modular de su conducta, puesto que, aunque le cambiemos en muchas ocasiones la ruta de salida hacia destinos alternos, siempre se va a encontrar con el estímulo temido: una tienda.
La adicción a las compras en Navidad
Imaginemos ahora, si a todo lo señalado añadimos el periodo de la Navidad (luces, colores…) un momento donde casi es imperativo legal regalar, y donde todo nos empuja al consumo con la excusa florida del espíritu navideño. Ni que decir, por tanto, que este periodo de Navidad es uno de los puntos álgidos de la temporada del año donde nos encontramos un mayor número de recaídas entre los que sufren la adicción a las compras. En estas fechas la propia sociedad y los integrantes que la conformamos nos incitan a considerar que incluso “es bonito o está mal visto no comprar” y además el 6 de enero no acaba la confluencia de variables que nos incitan al consumo, amigos aún nos falta otro punto álgido, las Rebajas. Algo parecido ocurre con las personas que sufren un problema de alcohol o de consumo de drogas; donde la Nochevieja se hace casi interminable en el serpenteo de no dejarse influenciar por tales acontecimientos sin beber ni una sola gota de cualquier sustancia alcohólica.
La problemática que nos ocupa puede, con cierta frecuencia, presentar comorbilidad con otros trastornos como es el Trastorno Obsesivo Compulsivo (siendo las compras la principal compulsión) y de forma subyacente con otros Trastornos de Ansiedad o del estado de Ánimo e incluso de Personalidad (como el Trastorno Límite). En algunos casos las compras sirven como mecanismo de evitación de otras dificultades, sintiendo por ende alivio a corto plazo al llevar a cabo estas acciones (aportándole un cierto beneficio que respondería a la respuesta de seguir consumiendo). Excitación ante la idea de comprar, disfrute durante la ejecución y finalmente el sentimiento de culpa ante la misma) siendo cada vez más, a medio y largo plazo, el motivo de otros problemas añadidos (económicos, familiares, laborales…).
Por ello. es tan importante que la persona con adicción a las compras, acuda a un profesional que le marque a través de una buena evaluación, cuál es el origen y el mantenimiento del problema para ofrecer un tratamiento individualizado para cada paciente. Si no abordamos el origen de por qué se inició tal conducta, difícilmente podemos ofrecer otra pauta alternativa que sea adaptativa. De lo contrario, simplemente el adicto sustituiría su adicción a las compras por otro tipo de respuesta igualmente desadaptativa manteniendo así el problema. Para ello un abordaje desde el modelo Cognitivo Conductual y en algunos casos mediante terapia EMDR, nos ofrecerá una intervención eficiente para comprender y tratar el complejo y cada vez más frecuente problema de la adicción a distintos estímulos (compras, móvil, internet…)
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