Ansiedad ¿nos exige la sociedad o también somos nosotros?
Eva de 41 años viene a consulta porque dice “no poder más”, tiene dos hijos, una casa, un marido, una familia, un trabajo, unos amigos y sufre porque siente que no llega a todo. Y es que quiere ser madre, esposa, hija, amiga, profesional pero considera que no puede con todo, que la situación le viene grande. Eva sufre, siente angustia y ansiedad. Siempre está cansada, presenta síntomas físicos como dolores cambiantes, no duerme bien y apenas tiene tiempo para nada más. A veces está triste y su sentimiento de indefensión le hace dudar de sí misma y merma su autoestima.
Se dice que la sociedad nos exige, nos asfixia pero quizás no sea solo la sociedad la que nos produce ansiedad, sino que nosotros mismos, a veces, con nuestra autoexigencia queremos ser superhéroes asumiendo tantas responsabilidades y comprometiéndonos con demasiadas obligaciones. El perfeccionismo se convierte en nuestro peor compañero.
Eva no se ha dado cuenta pero ha entrado en una dinámica en la que no se siente capaz de salir. No encuentra estrategias para solventar dicha situación y eso sólo le produce agobio, ansiedad y malestar.
¿Tiene solución su problema? Se trata de un problema de ansiedad que nos encontramos con frecuencia en la clínica y que se puede tratar con nuestros psicólogos para ansiedad. Eva tiene que recuperar la confianza en sí misma, ajustar su autoexigencia y a ver todo aquello que está siendo capaz de llevar a cabo ella sola. Hacerse consciente de sus logros. Esos logros que se exige son parte del problema, uno no tiene por qué lograrlo todo y menos de forma individual.
Hay que dejarse ayudar por quien tenemos alrededor, delegar la responsabilidad ayuda. Tenemos que aprender que no todo lo que hacemos requiere del mismo esfuerzo, nivel de exigencia o dedicación. Tampoco todo tiene que estar perfecto.
Saber dosificar nuestros esfuerzos es fundamental para controlar el desgaste físico y también emocional. A veces tenemos que elegir qué hacer o priorizar qué hacer en primer lugar, segundo… y para ello saber llevar a cabo una buena toma de decisiones será fundamental. Aprender a organizarse, a hacer una buena gestión del tiempo y dedicar parte a realizar actividades gratificantes es imprescindible para crear una nueva filosofía de vida, ya que cuando uno ve que su estilo de vida no funciona debe comprometerse consigo mismo para cambiarlo.
Si se quiere, con trabajo personal, esfuerzo y motivación, se puede. Ahora bien, uno debe también adaptar su pensamiento a esa nueva forma de interpretar la vida. Sin un buen trabajo a nivel cognitivo, este cambio no sería posible.
Reeducarse en hábitos y aprender a vivir a otro ritmo favorecerá que la ansiedad no sea un impedimento para alcanzar el bienestar. Manejar técnicas de relajación ayudará a reducir el nivel de estrés.
El cambio debe ser paulatino, creando objetivos a alcanzar. Dejándonos orientar por un profesional y mediante el proceso terapéutico se puede alcanzar un nuevo estilo de vida de una forma más rápida y eficaz pudiéndonos ahorrar gran parte del malestar.
Artículo de Marta Camacho Calvo
¿Te ha parecido interesante este artículo? Puedes darnos tu valoración:

Marta Camacho Calvo
Experta en EMDR Nivel I y Nivel II por la Asociación EMDR Europa
Experto en Mediación Familiar por la UNED
Miembro de la Asociación EMDR-Europa