La evaluación que hacemos de nosotros mismos empieza a formarse desde la infancia, en ella se empieza a construir el autoconcepto y la forma de vernos. Y con respecto a la autoestima en niños, de eso nos encargamos los adultos, para ello hemos de facilitar el aprendizaje de tener una visión saludable de sí mismo.
Pautas para favorecer la autoestima en niños:
- Diferenciar entre comportamientos e identidad o forma de ser, es decir, cuidar la forma en que al niño le transmitimos que ha hecho algo mal y ha de rectificarlo. No es lo mismo decirle: “has cruzado la calle sin dar la mano y es peligroso, no debe pasar más”, que decir: “eres malo por desobedecer y no darme la mano al cruzar”. En realidad es aplicar el lenguaje correcto y así el niño aprenderá a tener una autocritica saludable también, la cual consiste en revisar o cuestionarnos la forma de hacer las cosas y no lo que somos o como somos. Cuando se es adulto la crítica atacará tanto a la conducta como al valor como persona.
- Cuidar el exceso de crítica hacia el niño, por parte de padres y también profesores, ya que son figuras importantes en la infancia que transmiten mensajes sobre si las cosas se hacen bien o mal.
- No hacer comparaciones con otros niños o hermanos, puede hacerle sentir inferior y de ese modo aprenderá a compararse el también con los demás.
- Reforzar sus comportamientos adecuados.
- Señalar sus aspectos positivos a fin de que ellos los reconozcan también y puedan elogiarse a sí mismos, por ejemplo: “me gusta lo generoso que has sido con tu hermano al dejarle tus juguetes”.
La autoestima en niños la moldeamos de ese modo, ye va a propiciar el tener una visión saludable de sí mismo, alguien que se evalúa de forma positiva y está satisfecho con sus aptitudes. Esto también implica hacerle ver los errores y aquellas conductas que ha de cambiar, y establecer unas adecuadas consecuencias le ayuda al niño a aprender a ponerse sus propios límites, aspecto importante en la autoestima.
Una saludable autoestima en niños se basa en el aprendizaje y tenemos que cuidar no favorecer una autoestima baja. Para ello, hemos de cuidar estos dos aspectos:
a) No evaluar de un modo negativo al niño, que suele ser de dos formas:
- Atribuyéndole características negativas: “eres desobediente, un desastre…”
- Calificándole de un modo negativo.
b) No reconocerle los aspectos potencialmente positivos.
La autoestima implica la totalidad de la persona. Posteriormente, cuando somos adultos, tendemos a repetirnos lo que nos dijeron de pequeños.
Las personas con alta autoestima son aquellas que aceptan sus características físicas y psicológicas, capaces de afrontar cualquier reto que se les presente.
Es muy importante aprender a valorar lo positivo que tenemos y aceptar lo negativo. La manera de hablarnos a nosotros mismos influye mucho en el modo en que nos sentimos, es decir, el lenguaje que empleamos para hablarnos determina la evaluación que hacemos de nosotros mismos.
Artículo de Marta Bermejo Victoriano Psicólogos en Madrid
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