Existe una relación entre los celos y la propia inseguridad o baja autoestima, además de la importancia que tiene la rigidez de pensamiento. Uno de los aspectos que observamos en consulta es precisamente éste, el de poseer unos esquemas de pensamiento con poca o ninguna flexibilidad, y en concreto aquellos esquemas basados en cómo cree uno que tiene que ser una relación de pareja, cómo ha de comportarse la pareja, etc. Se dan creencias del tipo: “si tengo celos es porque le quiero”, “no debería hablar con otros/as porque me está faltando el respeto”, “si prefiere salir con sus amigos/as es porque no quiere estar conmigo”…
No es un pensamiento sano creer que el otro nos pertenece por ser nuestra pareja, ni tener la “necesidad de controlar” todo lo que hace para estar seguros y tranquilos. De esta manera dejamos de respetar al otro y a invadir su propia autonomía, que es necesaria para la satisfacción personal e incluso, el enriquecimiento de la pareja.
Este tipo de pensamientos corresponden a una vulnerabilidad de la persona que los padece, el problema no está en la pareja, sino en uno mismo. Y mantener esta forma de pensar hace que estas ideas gobiernen nuestra forma de actuar y generan sentimientos y emociones desagradables y negativos como la ansiedad, la rabia o la ira. Así, una persona celosa, se convierte en “dependiente” del otro para sentirse bien y satisfecho. Tienden a verse inferiores y con mala imagen de sí mismos.
La forma de pensar, que se convierte en obsesiva, lleva a la necesidad de querer comprobar lo que está pensando, por ejemplo: “si habla en redes sociales con otros/as seguro que es para engañarme”. Pues bien, según este pensamiento, no es extraño que la persona celosa empiece a revisar y controlar todo lo que la pareja habla, con quién mantiene contacto, etc., a fin de comprobar que no está siendo engañado. Y cuando creemos firmemente en estas ideas justificamos la forma de actuar, sin darnos cuenta de lo autodestructivo de todo esto.
Tratamiento de los celos
El tratamiento de los celos podríamos dividirlo en dos partes que se complementan. Por un lado, habría que trabajar la autoestima y las carencias personales para incrementar su independencia emocional y la capacidad de buscar fuentes de refuerzo individuales, eliminando las conductas de comprobación. Y, por otro lado, desmontar y cambiar los pensamientos erróneos que se dan en quien padece celos. Hay que tratar estas ideas como irracionales, es decir, ilógicas y sin fundamento.
Hay que ayudar a la persona a detectar sus propias creencias, debatirlas y ver otras formas alternativas de pensar que son más ajustadas a la realidad y por tanto, no producen el impacto emocional de los pensamientos erróneos. Y un aspecto muy importante es crear un espacio individualizado, y tener la libertad de poder relacionarnos con otras personas externas a la pareja.
Autora Marta Bermejo
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