Actualizado por última vez el 14 mayo, 2025
Redactado por Mª Jesús Andrés Pérez
La adolescencia es una etapa de transición en la vida de todas las personas donde se producen cambios físicos y emocionales importantes. Aunque en este artículo trataremos los cambios emocionales en la adolescencia, es importante tener en cuenta que los cambios físicos también pueden estar relacionados con los emocionales. Por ejemplo, el cambio en la apariencia, donde el cuerpo va adquiriendo forma adulta, puede provocar que el adolescente se vea mal, como en un cuerpo extraño y, a su vez, eso también le produzca cambios emocionales.
Se suele decir que los adolescentes viven una etapa de crisis por todos los cambios que se suceden, y es verdad. En esa etapa se pasa por una especie de confusión en cuanto a emociones y sentimientos: a tener que satisfacer las necesidades de forma inmediata, a estar contentos y tristes a la vez, a no tener muy claras las cosas pero creer que se está en posesión de la verdad. Todo esto no significa que los adolescentes no se preocupen por otros aspectos, como el rendimiento escolar, no tener amigos, la separación o conflicto entre los padres, miedo a que fallezcan o le pase algo a los progenitores, las drogas y el alcohol, etc.
Los cambios emocionales pueden llegar a interferir significativamente en el día a día del adolescente. En estos casos, acudir a un psicólogo juvenil puede ser una herramienta clave para que el adolescente comprenda lo que está sintiendo, aprenda a gestionar sus emociones y desarrolle estrategias saludables para enfrentar esta etapa de transición.
¿Cuáles son los cambios emocionales en la adolescencia?
Entre los cambios emocionales o psicológicos que se producen en la adolescencia, podemos destacar los siguientes:
Egocentrismo
Los adolescentes suelen estar muy centrados en sí mismos y creen que son la única persona en el mundo que se siente como ellos. A veces, este egocentrismo da lugar a un aislamiento al pensar que “nadie” les puede entender.
Preocupación excesiva por lo que piensen los iguales
A medida que se va abandonando la etapa infantil, el adolescente necesita encontrar personas de su confianza. Tal y como lo eran los padres en la infancia, ahora buscan esa persona cómplice de sus sentimientos más profundos. Al mismo tiempo que se crean estos lazos con los iguales, el adolescente va explorando su propia identidad.
Todo esto puede generar sentimientos encontrados en los menores. Por un lado, pueden tener sentimientos de culpa con respecto a los padres cuando se da prioridad a la opinión de los iguales en busca de su propia independencia. Por el otro, sentimientos de satisfacción cuando son aceptados y aprobados por el grupo de su misma edad.
Descubrimiento de la sexualidad
En esta etapa se empieza a despertar el interés hacia la sexualidad. Los adolescentes empiezan a tener más sensaciones e impulsos sexuales, comienzan a pensar en la posibilidad de tener pareja, en las relaciones sexuales y la masturbación.
Cambios de humor
Los adolescentes son extremos en la forma de sentir sus emociones. La inseguridad en esta etapa está más marcada, lo que puede influir en que vean las cosas más en blanco y negro. En esta etapa la sensibilidad es mayor y son más susceptibles, pudiendo tener reacciones exageradas y no ajustadas a la situación. A veces, ni ellos mismos se entienden y tienen que convivir con sus propios cambios.
Esto resulta complicado, ya que por edad aún no se han adquirido las herramientas suficientes para el manejo de la impulsividad, la frustración, el enfado, etc.
Adquisición de autonomía propia
El adolescente busca su independencia, valerse por sí solo en algunos aspectos, encontrar su sitio y sentirse seguro de sí mismo. Este punto es muy importante y los padres han de ayudarles a conseguirlo (por ejemplo, fomentando que tomen decisiones, contando con ellos para temas familiares, alentándoles a la realización de tareas solos, a que se propongan metas y animarles a ello, etc.).
Aquí los padres no pueden olvidar los límites que se marcan en los momentos necesarios. Los adolescentes todavía necesitan normas y que se les ayude con el establecimiento de consecuencias según su forma de actuar (si se comportan de forma responsable o no, etc.).
Además, en esta fase comienzan a tener sus propias opiniones, ideas y formas de ver las cosas, tienen una postura más crítica frente a todo en general y son capaces de defender sus pensamientos y argumentarlos. Aquí es donde es necesario hacerles sentir escuchados y ver que se valoran sus opiniones.
Los cambios en la adolescencia desde el punto de vista de los padres
Todos estos cambios que tiene que experimentar y manejar el adolescente, también son cambios que los padres han de afrontar. Estos pasan por una etapa de aceptación y adaptación a los cambios de los hijos en esta edad, con todo lo que eso supone. Hay padres que se desbordan ante los cambios y que a veces se muestran drásticos.
Por ejemplo, en alguna consulta nos comentan “si hace dos días prácticamente le estábamos cambiando los pañales” y, de repente, se encuentran con una persona en casa que es muy diferente a ese niño o niña. Ahora es rebelde, contesta, tiene cambios de humor, muestra más interés por las opiniones de los amigos que lo que los padres puedan decirle, a veces se enfada o explota ante situaciones de forma desproporcionada…etc. Esta no es una situación fácil para los padres, que tienen que manejarse con firmeza y autoridad en algunos momentos sin dejar de ser cercano, empático y afectivo con el adolescente.
No es extraño que los padres en esta etapa no sepan muy bien cómo tratar a sus hijos, ya que estos tienden a encerrarse más en sí mismos y hacen más difícil la comunicación. Suelen buscar más la soledad, pasando más tiempo en su cuarto y, como ellos “creen” que los padres “no les entienden”, eso justifica que cuenten menos sus cosas (piensan que se les van a juzgar y así son menos expresivos).
Por ello la comunicación es importantísima, y los padres deben cuidar que sea fluida: no deben limitarse a interrogar o hacer preguntas, sino que deben escucharles (aunque a veces les extrañe lo que cuenta su hijo/a o no estén de acuerdo), valorar sus puntos de vista y entender sus sentimientos. A continuación veremos una serie de pautas para padres que pueden ayudar a manejar la relación con los adolescentes.
Consejos para lidiar con los cambios emocionales en la adolescencia
- Mantener la calma.
Un aspecto importante para que los padres sepan navegar los cambios emocionales en la adolescencia es el autocontrol. Mantener la calma con los adolescentes permitirá escucharles y expresarse mejor con ellos, facilitando así la comunicación para que sea eficaz.
Esto a veces no es tan fácil, por lo que si los padres detectan que les cuesta manejar, por ejemplo, el enfado, es mejor esperar. En estos casos, deben buscar un espacio donde calmarse y distraerse para que su emoción baje de intensidad – entonces ahí estarán en mejores condiciones para poder hablar.
Es importante recordar que los padres son el modelo a seguir para los menores, lo que significa que ellos imitarán muy probablemente lo que estos hacen. De ahí que sea vital saber manejar el comportamiento que se les muestra.
- Mostrarse firmes.
La firmeza facilita que se establezcan de manera adecuada los límites, pero con tranquilidad. La firmeza nunca tiene que ser imposición (poner castigos imposibles de aplicar, etc.), pero sí cumplir aquello que se ha dicho. A veces, se comete el error de recular y levantar castigos, lo que provoca que se pierda autoridad.
- Trabajar en equipo.
Ambos padres han de ser un equipo y mantener cohesión, tanto en padres separados como en los que no lo están. Para ello, sería aconsejable hablar los padres entre sí antes que con el adolescente para intentar llegar a un acuerdo y mantener el mismo criterio frente al menor.
En el caso de que no se haga así, se estarán mandando mensajes contradictorios que el adolescente puede utilizar para su propio beneficio. Además, la contradicción entre ambos padres genera inseguridad y confusión, haciendo que el menor no vea a los padres como las personas que les ofrecen ayuda y protección.
- Ser asertivos.
Los padres han de estar presentes en la vida de los adolescentes en todas sus cosas. Si no se interactúa con ellos, no se pregunta ni se muestra interés por sus cosas, se les deja hacer lo que quieran o consideren, no se opina sobre los problemas o situaciones que se les presentan, no se estará haciendo bien. Por el contrario, si los padres imponen y marcan su criterio sin opciones, sin diálogo, generan miedo y rechazo, también lo estarán haciendo mal.
La forma más adecuada de que los padres se comporten y se comuniquen es respetando los derechos del adolescente y los suyos propios, fomentando una comunicación abierta con posibilidad de debate y de negociación (aunque no ocurra en todos los casos, ya que a veces los padres han de ser quienes tomen la última decisión).
En este sentido, no es bueno adoptar el papel de “ser sus amigos”. Esto se debe a lo que señalábamos en el punto anterior en referencia a ser su modelo de referencia, su modelo seguro. El adolescente se apoyará en los padres para buscar ayuda y, para ello, estos no pueden mantener un rol de ser colegas de sus hijos.
- Evitar la sobreprotección.
Antes hablábamos de la importancia de dar autonomía a los niños y adolescentes. Esto no es tarea fácil, ya que los padres tienden a facilitar las cosas en exceso: desde cortar el filete al niño para evitar que lo haga él (o lo haga mal), hasta resolverles cosas que deben afrontar ellos según edad y etapa de desarrollo.
Si se sobreprotege, se impide que el niño adquiera autonomía y se valga por sí mismo y en la adolescencia es muy importante que confíen en sí mismos y se sientan seguros.
- Valorar de manera positiva.
Los padres no deben olvidarse de valorar de manera positiva lo que su hijo/a hace bien. Reforzar la conducta adecuada siempre es importante, desde la infancia. Esto hace que los niños aprendan a valorarse por sí mismos y, por tanto, desarrollen de forma saludable su autoestima.
Conclusión
En definitiva, las principales acciones que los padres pueden poner en marcha para lidiar con los cambios emocionales en la adolescencia son:
- Ponerse en el lugar de su hijo/a
- Darles su tiempo para que se expresen
- Contar con ellos
- Facilitar la comunicación con afecto y firmeza cuando es necesario
- Darles su lugar en la familia
- Hacerles sentir entendidos
Siguiendo estas pautas, puede que esta etapa de transición sea más fácil tanto para padres como para los adolescentes. En caso de que necesitéis ayuda de un profesional, en Psicomaster contamos con psicólogos juveniles para daros apoyo en esta etapa de cambios.
Psicóloga colegiada M-16821
· Fundadora del Centro de Psicología Psicomáster
· Certificado Europeo de Clínico experto en EMDR por la Asociación EMDR Europa
· Experta en Apego y Disociación, Trauma e Integración de los estados del yo
· Certificado de Especialista en Psicoterapia acreditado por la Federación Europea de Asociaciones de Psicólogos (EFPA)
· Máster en Psicología Clínica Cognitivo- Conductual- Social
· Tutora Profesional de Prácticas en el Máster en Psicología General Sanitaria en la Universidad San Rafael - Nebrija
· Docente de práctica clínica, colaborando con varios Máster de la Asociación Española de Psicología Clínica Cognitivo Conductual
· Certificado Europsy de Especialista en Psicoterapia
· Medalla de Oro Foro Europa 2001
· Miembro de la Asociación EMDR-Europa
· Psicoterapeuta acreditada por la Asociación Española de Terapia Cognitivo-Conductual-Social (ASETECCS)
· Licenciada en Psicología por la UNE
Hola Mi nombre es Martín!! Soy psicólogo de Argentina!!
Quería decirles que muy bueno el articulo y completo. Agregaría que coincido con ustedes en que es difícil para los padres y para lo adolescentes mismos pasar por todo el proceso que dura la adolescencia. Con sus cambios de humor y su crecimiento pero aclararía que los adolescentes también tienen una reproducción de lo que sucede en su mundo. No solo el interno que claro esta que es bastante caótico en esta edad, sino el externo que si se le suma coas interno hacen a una combinación que puede traer bastantes inconvenientes.
Agregaría a sus varios consejos el de estabilidad hogareña dentro de lo posible. Los grandes cambios como separaciones, mudanzas son vividos con mucha intensidad y respuestas exageradas.
Excelente el articulo.
Saludos desde Argentina.
Hola Martín, gracias por tu colaboración. Enriquece el artículo.
Saludos,
Hola , soy estudiante de psicología . Agradezco la información brindada , muy buena por cierto . Me servirá mucho para mi informe de investigación.
Nos alegra mucho Cinthya que la información te haya sido de utilidad, nos refuerza que os ayude y nos estimula a seguir aportando lo que podamos. Gracias por tu comentario
Un cordial saludo
Hola, estoy en proceso de hacer un trabajo integrador, el tema será enfocado a las emociones y quiero agradecer por la información compartida