Actualizado por última vez el 2 octubre, 2025
Redactado por Mª Jesús Andrés Pérez
Conocer cómo se trata el trauma psicológico es una de las dudas más comunes en personas que han vivido experiencias dolorosas. Ya explicamos en otro artículo las diferencias entre trauma y Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT), destacando que el trauma no siempre se origina en sucesos extremos, sino que también puede surgir de experiencias cotidianas vividas con gran impacto emocional.
Sin embargo, más allá del diagnóstico, muchas personas se preguntan qué se puede hacer para superar las secuelas que dejan estas vivencias. En este artículo hablaremos de qué ocurre en nuestro sistema nervioso tras una experiencia traumática y de cómo la terapia EMDR se ha consolidado como uno de los tratamientos más eficaces y avalados científicamente para resolver problemas relacionados a experiencias traumáticas.
¿Cómo funciona el trauma?
El trauma congela los recuerdos en las redes cerebrales a nivel neuroquímico. Los estudios más recientes con tomografías sofisticadas demuestran que estos recuerdos, al estar almacenados de manera disfuncional, afectan negativamente a la actividad cerebral.
Esto significa que algunas redes del cerebro guardan contenidos que no han sido procesados correctamente. Estas zonas “congeladas” no logran comunicarse de forma fluida con las partes sanas y funcionales del sistema nervioso. El resultado es que esos recuerdos se quedan como experiencias mal digeridas que influyen en nuestro presente y condicionan nuestro futuro: tendemos a interpretar nuevas vivencias a través de ese mismo filtro disfuncional que dejó el trauma.
El trauma y la dificultad de expresarlo con palabras
Muchas personas no encuentran las palabras para explicar el trauma. Esto se debe a que esa experiencia reside en el hemisferio derecho del cerebro, mientras que las palabras se encuentran en el hemisferio izquierdo (área de Broca) – que es el hemisferio del lenguaje. Por lo tanto, la parte emocional no se comunica con la parte racional.
Dado que los dos hemisferios nos están “hablando”, no hay forma de atribuirle significado a aquello que sucedió. La información traumática queda disociada: el recuerdo permanece cargado de emociones y sensaciones negativas, pero separado de los recursos que permitirían procesarlo de forma adaptativa.
Lo que va a ayudar a sanar esos recuerdos es la posibilidad de reprocesar e integrar adaptativamente el contenido de ellos. Las terapias de reprocesamiento, como la terapia EMDR, facilitan la integración del trauma creando nuevas conexiones cerebrales. Esto permite que surjan interpretaciones más sanas y que los recuerdos dolorosos dejen de sentirse como una amenaza constante. Mediante la terapia EMDR, la información se integra de una forma saludable y deja de permanecer «en compartimentos separados» dentro del cerebro.

¿Por qué el trauma no se procesa bien?
Para tratar el trauma psicológico, es necesario procesar la información en todos los niveles: cognitivo, emocional y físico. Sin embargo, es común atascarse a lo largo del proceso.
Esto se debe a que el trauma es la secuela de vivencias de peligro real y/o percibido que no conseguimos resolver adecuadamente. Por lo tanto, cuando nos enfrentamos con una situación de peligro, es probable que reaccionemos en alguna de las siguientes tres formas naturales: 1) huir, 2) luchar y 3) congelarnos.
Explicándolo a través de un ejemplo, cuando un zorro encuentra un conejo en el bosque, el conejo sabe que hay que reaccionar o se va a convertir en la cena.
- Si se ve acorralado, lucha porque es la única oportunidad de salir vivo de las garras del zorro.
- Si piensa que puede correr más que el zorro, el conejo huye.
- Pero a veces, en la carrera, cuando el zorro se aproxima, el conejo puede congelarse: cae como muerto en un estado fisiológico que hace creer al zorro que murió de susto.
Como la carne muerta no le interesa al zorro, este se retira. Cuando el conejo percibe que el peligro ya pasó, empieza a temblar y sacudirse para salir del estado de congelamiento. Este riesgo es tan alto, que si no lo hace correctamente, puede llegar a morir de verdad. Terminado el proceso de descongelamiento, el conejo vive sin secuela de trauma.
En los seres humanos se dan reacciones similares, pero donde el cerebro no consigue salir del estado de congelación, provocando que no se digieran bien determinadas experiencias estresantes. En estas situaciones, la persona siente que la experiencia no pasó y el peligro está eternamente presente.
Como el trauma no termina, no se integra y por eso el cerebro sigue activo. Está en hipervigilancia porque de manera inconsciente continúa queriendo protegernos del peligro. Y como hay una parte que todavía “no sabe que el peligro ya pasó”, permanecemos en un alto nivel de ansiedad con la expectativa de que algo malo va a suceder. Es decir, estamos reviviendo el trauma.
Terapia EMDR: qué es y cómo ayuda en el trauma
La terapia EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares) es un enfoque psicoterapéutico que sirve para tratar el trauma psicológico y otros trastornos emocionales relacionados. Su objetivo es ayudar al cerebro a procesar recuerdos dolorosos que quedaron bloqueados, permitiendo integrarlos de forma adaptativa y reduciendo los síntomas asociados.
Numerosos estudios han demostrado que la terapia EMDR es eficaz y eficiente a la hora de resolver problemas que continúan perturbando el presente y condicionando el futuro de la persona. Se trata de una terapia científica que ha avalado su utilidad en numerosos estudios de resultado para la resolución del trauma y de los cualquier trastorno psicológico con una base traumática.
Es importante recordar que no es necesario haber vivido un gran acontecimiento “fuera de lo común” —como un accidente, una catástrofe o una guerra— para experimentar síntomas de trauma. Situaciones repetidas de dolor emocional, críticas o experiencias de abandono también pueden dejar una huella profunda.
Por eso, buscar una intervención adecuada, como la terapia EMDR, es clave para liberarse de esos síntomas que a menudo resultan inexplicables para la persona. En Psicomaster contamos con un equipo de psicólogos especializados en terapia EMDR que te ayudarán a tratar el trauma y recuperar el bienestar emocional.
Preguntas frecuentes sobre cómo tratar un trauma psicológico
¿Cómo se trata un trauma psicológico?
El tratamiento del trauma psicológico combina técnicas que ayudan a reprocesar la experiencia dolorosa y a reducir los síntomas asociados (ansiedad, miedo, recuerdos intrusivos, bloqueo emocional). Las terapias más utilizadas son la Terapia EMDR, la terapia cognitivo-conductual enfocada en trauma (TCC-T) y la terapia de exposición. Todas ellas buscan que la persona integre la experiencia de manera adaptativa, recuperando la sensación de control y seguridad en su vida diaria.
¿Cuál es la mejor terapia para los traumas?
La evidencia científica señala que la Terapia EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares) es uno de los tratamientos más eficaces para el trauma psicológico y el Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT). Este enfoque permite reprocesar recuerdos traumáticos sin necesidad de revivirlos en detalle, reduciendo la carga emocional y facilitando una integración más saludable. Otras terapias recomendadas son la TCC centrada en trauma y la terapia de exposición prolongada. La mejor opción dependerá de cada caso, por lo que lo ideal es una evaluación profesional.
¿Cuánto tiempo dura un trauma psicológico?
No existe un tiempo fijo: la duración del trauma psicológico depende de factores como la intensidad del suceso, los recursos emocionales de la persona, el apoyo social recibido y si se busca ayuda terapéutica. Algunas personas logran recuperarse en semanas o meses, mientras que en otros casos los síntomas pueden prolongarse durante años si no se tratan. La buena noticia es que, con una terapia adecuada como EMDR o TCC, es posible reducir significativamente el malestar y recuperar la estabilidad emocional.
Psicóloga colegiada M-16821
· Fundadora del Centro de Psicología Psicomáster
· Certificado Europeo de Clínico experto en EMDR por la Asociación EMDR Europa
· Experta en Apego y Disociación, Trauma e Integración de los estados del yo
· Certificado de Especialista en Psicoterapia acreditado por la Federación Europea de Asociaciones de Psicólogos (EFPA)
· Máster en Psicología Clínica Cognitivo- Conductual- Social
· Tutora Profesional de Prácticas en el Máster en Psicología General Sanitaria en la Universidad San Rafael - Nebrija
· Docente de práctica clínica, colaborando con varios Máster de la Asociación Española de Psicología Clínica Cognitivo Conductual
· Certificado Europsy de Especialista en Psicoterapia
· Medalla de Oro Foro Europa 2001
· Miembro de la Asociación EMDR-Europa
· Psicoterapeuta acreditada por la Asociación Española de Terapia Cognitivo-Conductual-Social (ASETECCS)
· Licenciada en Psicología por la UNE






