La fobia social o ansiedad social es un trastorno de ansiedad que se caracteriza por un miedo intenso asociado a situaciones en las que están presentes otras personas, en gran parte por el juicio que pueden hacer acerca del propio comportamiento. Esto lleva a que la persona trate de evitar las situaciones sociales, o si permanece en ellas, lo hace experimentando síntomas de ansiedad importantes. El problema se hace más grave conforme aumenta el número de situaciones evitadas.
Como en todos los trastornos de ansiedad, el tratamiento psicológico para la fobia social se fundamenta en una evaluación amplia de las manifestaciones concretas que presenta cada caso particular. Será necesario conocer los diferentes factores que influyen en el problema de la persona, así como las respuestas cognitivas, emocionales, conductuales y fisiológicas. De este modo, la persona puede tener miedo a enfrentarse a situaciones que implican relacionarse con personas cercanas, figuras de autoridad, personas del sexo opuesto, interacciones en grupos grandes, con una persona a solas y también puede tener un mayor miedo ante conocidos o desconocidos, entre otros. La consecuencia de este miedo es que su comportamiento irá encaminado a evitar tales situaciones.
Por otro lado también es necesario saber si existe miedo a la aparición de síntomas fisiológicos como la sudoración, el temblor, el enrojecimiento facial, etc, que provocan del mismo modo conductas de evitación en aquellas situaciones donde anticipa que pueden darse tales síntomas. No podemos olvidarnos de las consecuencias emocionales y a nivel de autoestima que tiene la fobia social sobre la persona, por ejemplo, generando frustración, sentimientos de ineficacia e inseguridad. Por último podemos decir que uno de los aspectos más relevantes tanto en el origen como en el mantenimiento del problema, son las creencias negativas que se construyen acerca del propio comportamiento en situaciones sociales.
Tratamiento de eficacia probada para la fobia social o ansiedad social
El tratamiento psicológico para la fobia social irá encaminado a tratar cada uno de estos aspectos, para deshacer el entramado cognitivo, emocional, fisiológico y comportamental que la persona ha ido construyendo a lo largo de los años de evolución de su trastorno. La base del tratamiento consiste en llevar a cabo una terapia de exposición guiada y gradual a las situaciones temidas, junto a la terapia cognitiva, que busca la modificación de las creencias disfuncionales acerca de las relaciones sociales. Es importante destacar que es recomendable buscar la ayuda de un profesional en psicología, como nuestros psicólogos en Madrid, quienes nos pueden guiar en el proceso de recuperación y nos enseñará herramientas para manejar la ansiedad y mejorar nuestras relaciones sociales
La terapia de exposición se estructura en función de la información obtenida en la evaluación, tratando hacerlo de la forma más gradual posible, con objeto de que el paciente vaya superando las situaciones que le generan ansiedad de forma progresiva, de menor a mayor intensidad.
Por su parte, la terapia cognitiva trata de hacer ver al paciente el carácter extremo y excesivo de sus creencias acerca del juicio ajeno, a veces incluso buscando la aceptación de la existencia de estos y relativizando su importancia. Por lo general los ejercicios encaminados a modificar las creencias disfuncionales suelen hacerse antes y después de las tareas de exposición, de cara a que el paciente compruebe en su propia experiencia el carácter desadaptativo y poco realista de estos.
Por otro lado, se pueden llevar a cabo ejercicios encaminados a perder la vergüenza, así como un entrenamiento en concentración, buscando que el paciente cuando se relaciona con otros, ponga su foco de atención en la propia tarea y no en los síntomas fisiológicos. Así mismo suele resultar beneficioso dedicar parte del tratamiento para la fobia social a entrenar habilidades sociales, que bien por la ausencia de un desarrollo adecuado o por la falta de práctica puedan encontrarse deficitarias.
Si bien es cierto que los resultados obtenidos por estas técnicas ayudarán de forma secundaria a la mejora de la autoestima y el autoconcepto, la mayoría de las veces se hace necesario un trabajo adicional encaminado a fortalecer estas áreas. Por último, cuando los síntomas fisiológicos resulten muy incapacitantes, o la fobia social se asocie a otro trastorno de ansiedad, pueden emplearse técnicas de reducción de la activación como la respiración diafragmática o la relajación muscular progresiva.
Artículo de Drissa-Elma Delkader Palacios (Psicólogos especialistas en ansiedad- Psicomaster)
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