Las Habilidades Sociales nos ayudan a
• Mantener relaciones satisfactorias
• Sentirnos bien con los demás y con nosotros mismos
• Conseguir que los demás no nos impidan lograr nuestros objetivos.
Enhorabuena para los que posean la suficiente habilidad en todas ellas pues comprenden un amplio abanico de posibilidades no siempre fáciles de mantener ni aprender.
No obstante, sabemos que el déficit en habilidades sociales es muy frecuente y se pone de manifiesto, por ejemplo, cuando no queremos hacer algo y nos hemos dejado arrastrar por el grupo, por el que dirán, el miedo al rechazo, el pensar que si todos lo hacen será lo adecuado dejando de lado nuestro propio criterio y nuestro derecho a decir NO. Si consideras que en alguna o varias áreas tienes un déficit suficientemente grave para afectar tu vida, al modo en que te sientes contigo mismo, a tu autoestima y sentimiento de eficacia interpersonal, es el momento de buscar ayuda profesional pues estas habilidades pueden aprenderse y entrenarse.
A pesar de la importancia de las habilidades sociales para nuestro bienestar, desgraciadamente no es algo que dispongamos genéticamente, ni tampoco algo que se aprenda en la escuela, ni existe ninguna asignatura que nos oriente a ello en nuestra formación como personas.
Es más, con frecuencia escuchamos mensajes bienintencionados de personas adultas del tipo de: “no hay que molestar a la gente”, “hay que respetar siempre lo que digan las personas más mayores”, “no está bien llevar la contraria a la gente”, “cuando hay un grupo de personas que opina de determinada manera no debes expresar tu propia opinión si ésta no coincide con el grupo”, “no está bien expresar la opinión propia ante padres, maestros o jefes”, “obediencia a la autoridad”, etc. Está muy bien tener en cuenta las opiniones e ideas de los otros, siendo una buena medida pedagógica encaminada a respetar a los demás, pero ¿qué sucede cuando de manera continua y autoritaria recibimos estos mensajes y los seguimos al pié de la letra? ¿qué ocurre cuando nuestros derechos se ven pisoteados pues no los defendemos ante los demás? La respuesta es que adoptamos una postura sumisa que nos hace sentirnos inferiores a los demás, poco valorados, nuestras relaciones son insatisfactorias y nos interfiere en lograr nuestros verdaderos objetivos.
Por otro lado, en el extremo contrario también podemos haber aprendido a comportarnos de forma agresiva. En la actualidad se prodigan modelos que nos transmiten la necesidad de ser extremadamente competitivos, ser más que los demás, imponer nuestros propios criterios a toda costa para no dejarnos pisar. Este modo de conducta tiene también consecuencias negativas para nosotros, los demás nos temen y no resultamos agradables para los otros pues no respetamos sus derechos.
Si analizamos ambos modelos en profundidad; no son tan diferentes como a priori puedan parecer; ambos supeditan la propia opinión del individuo al juicio de los demás, a la imagen que den al exterior, olvidándose de lo más importante; la propia persona.
Muy estrechamente relacionado con lo expuesto anteriormente figura la autoestima que hace referencia a los pensamientos, sentimientos y conductas que dirigimos a nosotros mismos, el modo en que nos vemos y evaluamos.
La importancia de la autoestima estriba en que concierne a nuestro ser y al sentido de nuestra valía personal, por lo tanto, va a afectar a nuestra manera de estar y actuar en el mundo y de relacionarnos con los demás. Nada en nuestra manera de pensar, de sentir, de decidir y de actuar escapa a la influencia de la autoestima. Poseer una adecuada autoestima supone un conocimiento y aceptación de nosotros mismos, con nuestras fortalezas y nuestras debilidades.
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Por tanto, necesariamente la autoestima está muy fuertemente unida a las habilidades sociales, por tratarse de conductas que están estrechamente ligadas al respeto, al cariño, al aprecio por los demás y, por ende, a uno mismo. Lograr una mejora en las Habilidades Sociales es un buen predictor de la mejora en nuestra propia estima y viceversa, pues si aprendemos a relacionarnos adecuadamente con los demás en las diferentes circunstancias inherentes al ser humano, también aprenderemos a relacionarnos con nosotros mismos de una forma sana.
Psicomaster
“Nuestro equipo se compone de varios psicólogos en Madrid capital de orientación Cognitivo Conductual, Terapia de Aceptación y Compromiso, EMDR y Servicio de Psiquiatría. Un equipo de especialistas titulados con varios master de formación, experiencia y altamente cualificados.”
excelente información para todos los que trabajamos y nos relacionamos con gente frecuentemente, asi como con nuestra familia. gracias por compartir
Gracias Norberta, me alegra que te hay resultado útil