El que las personas estemos atentas de nuestra salud o tengamos miedo a estar enfermos es algo natural del ser humano. El problema en la hipocondría se da porque pasamos de ocuparnos por la salud a preocuparnos por ella temiendo o teniendo la convicción de padecer una enfermedad grave a partir de la interpretación personal de síntomas somáticos. Esta preocupación persiste a pesar de exploraciones y explicaciones médicas apropiadas y provoca un malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.
En este caso, yo diría que efectivamente la persona padece una enfermedad, pero psicológica: la hipocondría.
La característica principal de este trastorno es la interpretación errónea de los síntomas físicos no patológicos como señal de enfermedad grave.
Es muy común que la persona que padece hipocondría, visite frecuentemente médicos u hospitales quejándose de sensaciones corporales como dolores en una zona del cuerpo o varias, molestias estomacales… Tras las rigurosas pruebas a veces innecesarias y potencialmente peligrosas y no encontrar ninguna enfermedad médica, estos pacientes se calman pero en un período mínimo de tiempo empiezan de nuevo a tener síntomas y acuden de nuevo a su médico o al otro, o a éste que le han dicho que es mejor, o preguntan a amigos, consultan información, obteniendo siempre los mismos resultados. La frustración aumenta y además, en ocasiones son maltratadas por la salud pública.
Características de la persona con hipocondría
Los hipocondríacos amplifican sus sensaciones físicas y tienden a experimentarlas como más intensas, nocivas, amenazadoras y perturbadoras de lo que las experimentan los sujetos sin este trastorno. Este estilo amplificador se caracteriza por:
- Propensión a vigilar en exceso el estado del cuerpo.
- Insuficiente patología orgánica que justifique las preocupaciones.
- Tendencia a seleccionar y centrarse en determinadas sensaciones poco frecuentes o débiles.
- Interpretación negativa de los signos y síntomas corporales. Existe una inclinación a considerar dichas sensaciones como peligrosas o indicadoras de enfermedad.
- Atención selectiva y desconfianza de la información médica y no médica.
- Búsqueda persistente de explicaciones/comprobación del estado corporal/información.
Causas de la hipocondría
Las causas pueden ser múltiples, las más comunes son éstas:
- Enfermedad física en la infancia, en el mismo paciente u otras personas de alrededor, familiares, amigos…
- Familiares con actitudes o creencias hipocondríacas: miedo a que le vaya a pasar algo, muy preocupado por la salud…
- Muerte/duelo de una persona cercana en la familia o de una persona próxima.
- Signos de malestar físico no explicables y semejantes a enfermedades graves, probablemente debidos a factores de estrés relativos a la historia de la persona que no disponía de respuestas adecuadas para manejarlos, como la expresión de emociones, por ejemplo.
- Factores sociales relacionados con la expresión emocional de enfermedades.
- Posible capacidad incrementada de percibir signos físicos internos.
- Información reciente, novedosa y alarmante sobre enfermedad.
¿Cómo abordar el trastorno hipocondríaco?
Lo primero de todo, pues cada caso es muy concreto, es evaluar qué ha llevado a la persona a padecer este trastorno: de dónde viene el problema, cuándo se ha originado, qué lo ha despertado, qué lo mantiene y las consecuencias.
Una vez evaluado el caso de una forma muy minuciosa, para trabajar con esta patología es necesario intervenir a varios niveles: cognitivo, conductual y emocional.
Algunas de las cuestiones que solemos trabajar son:
- Se explica qué función tiene la autoatención, se entrena en distracción y en programación de actividades gratificantes.
- Definición detallada del contenido de la preocupación y distinción entre “preocupación adaptativa y desadaptativa”.
- Se trabaja con los pensamientos automáticos negativos como “me va a pasar algo” “tengo un tumor” …
- Identificación de las emociones asociadas a estos pensamientos negativos.
- Identificación de las conductas de evitación y su relación con los pensamientos negativos.
- Explicación del papel funcional de las conductas en el mantenimiento de los síntomas. Las conductas mantienen la credibilidad de los pensamientos negativos.
- Exposición in vivo a los síntomas corporales con reinterpretación del significado de los mismos.
- Exposición a todas las conductas de evitación con el objetivo de disminuirlas.
- Trabajar con las conductas de búsqueda de información y de consultas médicas con el objetivo de que disminuyan.
- Distinguir entre conductas saludables y que pueden prevenir la aparición de enfermedades y conductas irracionales y desadaptativas que sólo contribuyen al problema.
- También es necesario trabajar con las respuestas emocionales, entrenando en autoinstrucciones, respiración, distracción ante la presencia de síntomas corporales y exposición a esos síntomas corporales con reinterpretación del significado de los mismos.
- En ocasiones, es necesario trabajar determinadas experiencias de la vida del paciente, a veces próximas, otras veces remotas, que no están superadas y que despertaron los síntomas y contribuyen al problema.
No obstante, debemos tener en cuenta que esta preocupación por la salud se puede dar por la presencia de otros trastornos (de ansiedad, depresivos, obsesivo-compulsivo…). En este caso a medida que trabajamos en ese trastorno presente, la hipocondría va a ir desapareciendo.
Es por ello que se hace necesario, si usted tiene o cree tener hipocondría, que se ponga en manos de un profesional Psicólogos en Madrid que le ayude a evaluar y determinar exactamente las causas para abordar el problema.
Artículo de Rocío Pescador García (Psicóloga de Psicomaster)
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