Son numerosas las personas que sufren por mantener algún tipo de relación con “personas tóxicas” o destructivas. Se puede dar en relaciones familiares, de amistad y de pareja. En cada tipo de relación pueden darse matices diferentes, por ejemplo los comportamientos de celos suelen ser más típicos en pareja, pero existe un patrón similar que comparten las “personas tóxicas” que quieren ejercer un control sobre otras.
Hay quien, por diversos factores, presenta una mayor vulnerabilidad para entrar en una dinámica de relación totalmente dañina, donde incluso a veces puede darse el maltrato psicológico. Es importante no normalizar determinados comportamientos o actitudes ante los que debemos poner límites y no permitir.
¿Cómo actúan las Personas Tóxicas?
- Son controladoras con los horarios y quieren saber en todo momento dónde está el otro y qué está haciendo. A veces llegan a realizar numerosas preguntas y llamadas telefónicas o mensajes a fin de saber los planes de la persona a la que quieren controlar. Cuando se entra en esta dinámica, la víctima aprende a adelantarse para dar explicaciones de qué va a hacer o dónde se encuentra para evitar el “enfado” del controlador, y todo esto se vive con importante ansiedad.
- Son manipuladores emocionales y utilizan el chantaje para conseguir que el otro ceda a sus peticiones, de lo contrario se enfadan y suelen utilizar la amenaza.
- Infravaloran a la otra persona destacando los defectos y cosas negativas, incluso delante de los demás y a las virtudes o aspectos positivos y logros les quitan importancia.
- Las personas tóxicas suelen buscar cualquier excusa para culpabilizar al otro de sus propios problemas, de esta manera no se responsabilizan de sus sentimientos exigiendo incluso una solución. Acusan al otro de ser mala pareja, mal hijo, mal amigo, etc.
- No soportan que haya otras personas en las que el otro pueda tener confianza o llevarse bien porque temen perder su lugar.
- Utilizan la comparación con otras personas para hacer sentir mal o conseguir sus objetivos.
- De manera frecuente toma decisiones por el otro aunque no le haya pedido opinión, creen saber mejor lo que le conviene.
Podríamos añadir más actitudes controladoras a la lista que sin duda responden a un tipo de persona sin la capacidad de empatía y de tener en cuenta al otro, que no toleran que la otra persona tenga autonomía propia, etc.
Quien está sometido a un tipo de relación tóxica lleva consigo un sufrimiento significativo, termina haciendo cosas que no quiere y se esfuerza por complacer constantemente, incluso olvidándose de sí mismo. Esto indica, como antes mencionaba, una cierta vulnerabilidad o dificultades para defender los derechos propios, poner límites adecuados a los demás, baja autoestima, etc., y desemboca en importantes problemas de asertividad, ansiedad, un negativo autoconcepto y síntomas depresivos entre otros. Si necesitas ayuda puedes ponerte en contacto con nuestros psicólogos en Madrid
Artículo de Marta Bermejo Victoriano (Psicólogos Especialistas de Psicomaster)
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