Los problemas de pareja son frecuentes y tienden a empeorar si no les buscamos una solución adecuada.
En ocasiones, la relación funciona bien en un principio, pero cuando surgen nuevas exigencias, como convivir juntos, tener hijos, repartir tareas, adaptar los objetivos de cada uno al otro, pueden surgir dificultades si no aprendemos a comunicarnos y a solucionar problemas de forma efectiva.
Cuando la comunicación es mala, a menudo los intentos de solución no hacen sino agravar y mantener los problemas.
De este modo, entramos en un círculo negativo con continuos reproches mutuos y discusiones improductivas sin ser capaces de encontrar una solución adecuada.
Solemos esperar que el otro cambie, pero no somos capaces a pesar de nuestros esfuerzos, de promover esos cambios.
Actualmente, la terapia de pareja puede favorecer cambios duraderos en ambos miembros de la pareja a través del entrenamiento en habilidades de comunicación y de solución de problemas entre otros, analizando los problemas por los que atraviesa la pareja y diseñando una intervención adaptada a sus necesidades.
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