El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad en la infancia (TDAH): ¿Cómo actuar?
El TDAH es un trastorno con fuertes implicaciones sociales para el niño y su familia. Para comprenderlo mejor empezaremos describiendo brevemente sus síntomas. El niño con TDAH puede presentar déficit de atención (le cuesta concentrarse y mantener la atención, es olvidadizo, despistado…), hiperactividad (se mueve constantemente, tiene dificultades para mantenerse sentado, parece que tuviera un “motor” dentro, habla en exceso…), e impulsividad (es impaciente, se entromete e interrumpe, contesta a las preguntas antes de que se terminen de formular, no puede esperar su turno…).
Los síntomas se manifiestan de forma diferente en cada niño, pero en todos los casos afectan a su funcionamiento en distintos niveles (familiar, personal, escolar, etc.)
El TDAH preocupa mucho a los padres porque sus consecuencias interfieren de forma significativa en aspectos importantes de la vida; bajo rendimiento académico, problemas de conducta, impulsividad, etc.
He escuchado frases que reflejan la angustia que viven los padres; “no sé qué hacer con mi hijo”, “le van a echar del colegio”, “ya ni le invitan a los cumpleaños”, “no puede ir de excursión porque la va a liar”.
Los niños que sufren TDAH, escuchan de forma constante comentarios negativos acerca de sí mismos, ya sea por parte de los profesores, compañeros o de la propia familia.
El autoconcepto de un niño se desarrolla a través de los mensajes sociales que recibe. Si un niño con TDAH se comporta de forma inadecuada y sólo recibe mensajes negativos, asumirá que es un niño malo y se comportará como tal. Si tiene dificultades de aprendizaje y se le exigen metas académicas que no puede alcanzar, acabará pensando que no es capaz.
Varios estudios sugieren que los niños con TDAH se valoran a sí mismos más negativamente, sienten que tienen más problemas, que son más impopulares y son menos felices que el resto de los niños de su edad.
Por todo esto, es importante que el entorno refuerce su autoestima y la confianza en sí mismos. Algunos consejos útiles son:
- Muéstrale confianza. Puedes demostrar que crees en él ofreciéndole hacer tareas acordes con sus capacidades. Es importante que sepas que puede realizarlas con éxito. Por ejemplo, cuidar de una mascota, ayudar a limpiar la cocina, etc.
- Desarrolla su potencial. Hay que buscar aquellas actividades en las que el niño pueda destacar y se le refuerce por ello. Por ejemplo, actividades deportivas.
- Evita poner etiquetas (malo, torpe, desastre…) y hacer comentarios negativos.
- Reconoce su esfuerzo y los progresos conseguidos por pequeños que sean.
- Evita la tentación de intervenir cuando el niño trata de encontrar la solución a un problema.
- Si tú hijo pide ayuda, préstasela mediante comentarios en forma de sugerencia, no le des la solución directamente.
- Si aplicas castigos ofrécele la opción de cambiar. Da alternativas y explícale cómo se debe actuar de forma correcta.
- No improvises. Debemos tener establecidas las consecuencias ante un comportamiento negativo y hacérselas saber antes de que éste ocurra. De esta forma, el niño podrá entender el motivo por el que se aplican y se reducirá parte de la carga emocional.
En resumen, aunque habrá que establecer normas y límites claros, será fundamental motivar al niño reforzándole y transmitiéndole que es capaz y válido a través de nuestros actos y comentarios.
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