Hay personas que consideran que las parejas satisfechas son aquellas que no discuten y en las que no surge el conflicto.
Siendo esta visión bastante radical, lo que dicen los estudios de terapia de pareja sobre la satisfacción de las parejas o la diferencia entre parejas problemáticas y no problemáticas, no se basa tanto en la presencia o no de los conflictos o diferencias, sino más bien en la capacidad de la pareja para afrontarlos, es decir, de trabajar en equipo para llegar a un acuerdo. De hecho, este es uno de los objetivos que se persiguen en todo proceso de Mediación Familiar, cuando las parejas en conflicto recurren a ello.
Es frecuente, que las personas que acuden a terapia de pareja, lleguen quejándose por “no llegar a entenderse”, con sensaciones de impotencia por no poder cambiar la conducta del otro y no ver satisfechas las propias necesidades. A menudo esto lleva a una polarización de las posturas de cada uno, donde ningún miembro quiere dar su brazo a torcer y desde la cual es difícil ser consciente de que, en la mayoría de las ocasiones, están interpretando la conducta del otro como egoísta, precisamente desde su propio egoísmo.
Es importante destacar dos actitudes en relación al conflicto. La primera es la aceptación o normalización del conflicto, ya que, puesto que la pareja está compuesta de dos personas que son diferentes, es normal que puedan surgir conflictos de intereses. Y en segundo lugar, la actitud de verse “en equipo”, ya que fomenta la convivencia y el acuerdo en lugar de posicionarse como si de una campo de batalla se tratara.
El criterio clave para una buena gestión del conflicto es el “tú ganas , yo gano”, ya que permite fomentar la sensación de equidad.
Fases en la Gestión del conflicto- Terapia de pareja
1ª fase) La definición del problema:
En esta primera fase, las parejas insatisfechas suelen utilizar definiciones poco claras o exclusivamente centradas en uno mismo, a través de quejas cruzadas que suelen dar lugar a perder el foco de la discusión, a acusaciones generalizadas (“nunca haces lo que te pido”,“siempre me tratas así”) y a autojustificaciones (“si..pero…”), que van intensificando la tensión y el malestar.
En las parejas satisfechas, sin embargo, en esta primera fase, cada miembro reconoce y expresa comprensión hacia las preocupaciones del otro.
2ª fase) Fase intermedia:
En este punto del proceso, las parejas insatisfechas suelen basar su postura desde su punto de vista egocéntrico, haciendo más esfuerzos en que el otro les entienda que en entender la postura del otro.
Las parejas satisfechas, en su lugar, aportan más argumentos, siendo más precisos en sus quejas y expresan mayor empatía y validación de las emociones del otro, evitando así juegos de poder y escalamientos de acusaciones.
3ª fase) Resolución:
En esta última fase, las parejas satisfechas intentarán buscar compromisos y soluciones que integren las necesidades y puntos de vista de ambos miembros, haciendo más compatibles las diferencias, facilitando así valores importantes como la ayuda, la cooperación y el compromiso.
Las parejas insatisfechas y problemáticas, en cambio, no suelen implicarse en intentar resolver el conflicto de manera recíproca y empática sino utilizando estrategias como la evitación, el chantaje emocional o la crítica invalidante, dando lugar a un mayor nivel de tensión que será la base para un nuevo conflicto.
Enfocar los conflictos de la pareja a través del enfoque “yo gano , tú ganas”, requiere conocimientos que quizás la pareja, de manera natural no tiene, que no han llegado a adquirir en su historia de aprendizaje, por lo que la figura de una tercera persona, como es la del psicólogo, les ayudará a negociar para lograr la relación sana que ambos necesitan y volver a disfrutar de su viaje juntos.
El equipo de psicólogos en Madrid de Psicomáster animamos a todas aquellas parejas que sienten que no saben manejar sus diferencias y que han entrado en un campo de batalla, a que den el paso de dejarse ayudar con la terapia de pareja.
Artículo de Marta Fernández Gutiérrez (Psicóloga de Psicomaster)
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