Tomar decisiones parece una tarea fácil pero no a todo el mundo le resulta así. Existen obstáculos personales que dificultan el proceso y que pueden llegar a bloquear a la persona a veces en situaciones aparentemente sencillas. En este artículo veremos algunos de esos obstáculos que nos viene bien saber identificar, así como ver qué nos impide decidir y cambiarlo. De manera errónea, a veces podemos llegar a pensar que no tenemos alternativas, que la solución no está en nuestra mano, que se nos complican las cosas demasiado…etc., y en realidad lo que puede estar sucediendo es que nosotros mismos nos ponemos los obstáculos sin darnos cuenta.
¿Qué nos bloquea al tomar decisiones?
LA FALTA DE AUTOCONTROL
Cuando estamos ante un problema o situación que nos cause un malestar emocional importante, como por ejemplo aquello que nos enfada, nos da rabia, nos hace sentir desesperados, etc., la propia intensidad de la emoción y la falta de un manejo adecuado de ella hace que no podamos tomar decisiones. Es como si nos quedásemos bloqueados en lo que sentimos lo cual impide que pensemos con calma y con claridad. En este caso, hemos de tomarnos el tiempo necesario para que esa emoción se relaje y plantearnos entonces qué hacer, buscar la solución o decisión correspondiente.
EVITAR LOS PROBLEMAS Y “MIRAR PARA OTRO LADO”
A todos nos suena lo típico de “mejor me quedo como estoy” antes de realizar algún cambio o tomar decisiones. Lo que ocurre aquí es que nos da miedo afrontar lo desconocido y que eso nos haga sufrir. Esto puede llevarnos a perpetuar situaciones negativas que tendríamos que cambiar o mejorar, pero preferimos evitar y que pase el tiempo, como si así se fuesen a arreglar. Para algunas personas puede suponerles un verdadero problema afrontar las cosas según se les presentan, y lo que hay detrás normalmente es inseguridad, no verse preparado para resolver el problema o decidir. A veces tememos encontrarnos con las consecuencias negativas de una mala decisión evitando así tomarla. Pero la verdad es que aunque nos equivocáramos, siempre sería positivo hacerlo para reforzar nuestra autoestima.
NO CONFIAR EN UNO MISMO
Enlazando con el anterior obstáculo, la falta de confianza nos hace creer que no somos capaces de decidir bien o que no vamos a poder encontrar la solución adecuada. Una visión negativa de nosotros mismos influye en que nos bloqueemos y no decidamos, incluso llegando a delegar en los demás para que decidan por nosotros.
TENER UNA ALTA EXIGENCIA
La tendencia al perfeccionismo también puede ser un obstáculo psicológico a la hora de decidir. En este caso, quien pretende que todo salga o sea “perfecto” también teme tomar una decisión inadecuada y por ello puede que ni lo haga.
Todos estas dificultades están relacionadas entre sí, pueden incluso darse a la vez, y producen un gran malestar llegando a causar una ansiedad clínicamente significativa cuando hemos de tomar decisiones en la vida, aunque no se trate de grandes decisiones. Por ello conviene revisar qué nos está pasando que nos frena a la hora de decidir y buscar ayuda profesional si es necesario para poder cambiarlo.
Artículo de Marta Bermejo Victoriano
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