¿Qué es un ataque de ansiedad?
No es poco habitual en nuestra sociedad escuchar a alguien decir que ha sufrido un ataque de ansiedad pero, ¿sabemos lo que es realmente un ataque de ansiedad?
Según el DSM-V, un ataque de ansiedad o ataque de pánico es la aparición repentina de miedo o malestar intensos que se acompañan de:
- Síntomas somáticos como palpitaciones, sudor, temblores, sensación de ahogo, opresión o malestar torácico, mareo o sensación de desmayo…
- Síntomas cognitivos como la desrealización (sensación de irrealidad), despersonalización (sentirse separado de uno mismo) y el miedo a morir, a perder el control o a volverse loco.
¿Es lo mismo ataque de ansiedad que ataque de pánico?
La ansiedad es una respuesta adaptativa de nuestro cuerpo cuando se encuentra ante un potencial peligro. Es un mecanismo de defensa, orientado a mantener nuestro cuerpo alerta y preparado para actuar ante una amenaza.
En sí misma, la ansiedad es adaptativa y útil para resolver problemas de la vida, controlable y lógica, y aunque puede ser incómoda, NO implica un sufrimiento grave.
Sin embargo, cuándo esta ansiedad se vuelve excesiva, inapropiada, no sirve para adaptarse y por el contrario dificulta el rendimiento y la adaptación, podemos estar hablando de una ansiedad patológica y, por tanto, que requiere ayuda especializada.
Hay muchos trastornos que cursan con ansiedad, uno de ellos sería el trastorno de pánico, que cursa con ataques de ansiedad o ataques de pánico repetidos, acompañados de otra serie de síntomas, los cuáles detallaremos más adelante.
Síntomas de un ataque de ansiedad y de un ataque de pánico
Tal y como explica el DSM-V el ataque de ansiedad o ataque de pánico se presenta de forma repentina con miedo y malestar intensos, acompañados de 4 o más de los siguientes síntomas, que alcanzan su máxima expresión en los primeros 10 minutos:
- Palpitaciones o elevación de la frecuencia cardíaca
- Sudor
- Temblores o sacudidas
- Sensación de ahogo o falta de aliento
- Sensación de atragantarse
- Opresión o malestar en el pecho
- Náuseas o molestias abdominales
- Inestabilidad, mareo o sensación de desmayo
- Sensación de entumecimiento u hormigueo
- Escalofríos o sofocaciones
- Percibir las cosas o percibirse a sí mismo de forma extraña
- Miedo a morir, volverse loco o perder el control
Es importante que, para hablar de un ataque de ansiedad o ataque de pánico, estos síntomas no se deban al efecto directo del consumo de alguna sustancia o a la presencia de una enfermedad médica.
Causas de un ataque de ansiedad
Como hemos visto, la ansiedad aparece cuando estamos ante una situación amenazante, real o imaginada. Ante una misma situación, dos personas distintas pueden experimentar reacciones diferentes, sufriendo una de estas personas síntomas de ansiedad, mientras que la otra persona no presente ningún síntoma, ¿de qué depende esto?
Vamos a experimentar síntomas de ansiedad ante cualquier situación que consideremos una amenaza, y esto depende de la interpretación que cada persona le da a dicha situación, es decir, vamos a experimentar ansiedad o no dependiendo de las “gafas” con las que veamos la realidad que tenemos delante.
Cuando sentimos un ataque de ansiedad, tendemos a buscar una explicación que lo justifique, fijándonos en lo que nos ha pasado, nos está ocurriendo en ese momento o esperamos que suceda, buscando la relación entre un estímulo (amenaza) y una respuesta (ansiedad). Sin embargo, hemos de tener claro que la respuesta depende de cómo vivimos esa situación más que del estímulo en sí mismo. Es más, muchas veces se desencadena un ataque de ansiedad sin que haya un estímulo presente que lo provoque.
Otra causa también podría ser la ansiedad o estrés prolongado, los cuáles mantienen nuestro cuerpo en un estado de activación permanente, del que en muchas ocasiones ni siquiera somos conscientes.
Consecuencias de un ataque de ansiedad
Cuando alguien sufre un ataque de ansiedad, a menudo lo define como algo terrible y sumamente angustioso. Por este motivo, suele desencadenar un miedo a volver a sufrir otro ataque de pánico. Como en muchas ocasiones no se conoce una causa concreta que lo haya provocado, este miedo aumenta por la sensación de falta de control, provocando una ansiedad todavía mayor, lo que hace a su vez, que la probabilidad de que suceda otro ataque de ansiedad aumente.
A menudo, la estrategia que solemos poner en marcha cuando esto sucede es la evitación, es decir, comenzaremos a evitar todos aquellos lugares o actividades en los que notemos síntomas de ansiedad por el miedo a sufrir otro ataque de pánico. Como podréis adivinar, esta estrategia solo nos llevará a aumentar más la sensación de falta de control ya que nuestro círculo de seguridad será cada vez menor, limitando cada vez más nuestra vida y haciendo que nuestro problema cada vez sea mayor.
Qué puedo hacer cuando tengo un ataque de ansiedad o ataque de pánico
Si acabo de sufrir un ataque de ansiedad, lo primero será acudir a un médico para descartar un problema físico que pueda ser la causa de dichos síntomas. Una vez descartado esto y sabiendo que la causa es de origen psicológico, lo más importante será afrontar el miedo a sufrir otro ataque de ansiedad, no permitiéndole que limite nuestra vida.
Si el ataque de ansiedad se vuelve a repetir, simplemente intentar respirar con tranquilidad y esperar a que pase, ya que si ponemos el foco en los síntomas que estamos experimentando, la ansiedad aumentará.
También será fundamental acudir a un profesional, que nos aportará herramientas que nos ayuden a superar este problema.
Tratamiento de los ataques de ansiedad
Como dijo Buda, “el dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional”.
Los ataques de ansiedad generan mucho sufrimiento y limitan nuestra vida. Pero, ¿por qué alargar el sufrimiento si puede haber un tratamiento que nos ayude a superarlo?
Las investigaciones han mostrado que la terapia cognitivo-conductual es altamente eficaz para el tratamiento de los ataques de pánico. Dentro de esta terapia, te dotaremos de herramientas que podrás poner en práctica para aprender cómo funciona tu ansiedad y cómo manejarla.
Beneficios del tratamiento
El principal beneficio del tratamiento es la salud, tanto física como mental. Como hemos visto a lo largo del artículo, someter a nuestro cuerpo a niveles altos de ansiedad es altamente perjudicial, llegando a provocar alteraciones importantes si estos niveles se mantienen en periodos prolongados de tiempo.
Acudir a un especialista nos ayudará a recuperar el control de nuestra vida, aumentando nuestra autoestima, sensación de competencia y seguridad, lo que se traducirá en mayor bienestar y felicidad a largo plazo.