Uno de los problemas más comunes que abordamos en consulta respecto a terapia de pareja son los problemas de convivencia en pareja.
Son problemas muy comunes en toda relación ya que es inevitable que surjan por desacuerdos a la hora de tomar decisiones domésticas, formas distintas de organizar una casa y las tareas que realizamos en el hogar, tener prioridades distintas en cuanto al orden, hábitos, horarios, etc.
¿Cuál es el origen de los problemas de convivencia en la pareja?
El origen de los problemas de convivencia en la pareja no se debe a uno en concreto sino son distintos factores los que intervienen. Entre ellos destacamos los siguientes:
Dar por hecho que la convivencia es fácil
Cuando una pareja comienza a convivir ha de darse un tiempo para adaptarse el uno al otro, es importante para ello tener mucho diálogo y comunicación, expresar aquello que necesitamos, dar nuestras opiniones, etc., para evitar que queden aspectos sin resolver y se vayan agravando con el tiempo.
Lo esperado en la pareja es que aparezcan discrepancias y esto en sí no es un problema; se convierte en problema cuando no sabemos manejarlas y resolverlas de la manera adecuada. No se trata de ver quién se sale con la suya o quién tiene razón de los dos, más bien de aunar criterios y buscar soluciones en equipo.
Pero esto a veces nos resulta complicado, es decir, podemos tener un verdadero conflicto si cada uno quiere que el otro haga las cosas de la manera que él/ella las hace o cómo le gusta que sean.
Existe desigualdad en la pareja
En las tareas domésticas surge mucho este dilema, hay quien no es capaz de aceptar que cada uno tenemos formas distintas de hacer las cosas, por ejemplo la limpieza de la casa, y no por eso están peor hechas. No ser flexible hace que aparezcan los problemas y que no se gestionen bien.
Hay una falta de comunicación en la pareja
Otro motivo por los que se dan los conflictos en pareja es por no tolerar ciertos aspectos, tendemos a ver como “insoportables” ciertas cosas de la pareja que tampoco son tan importantes; por ejemplo, no es raro encontrarnos con parejas que nos dicen: “mi pareja es un auténtico desastre”, cuando el problema únicamente es que en algunas cosas no es ordenado, o no es puntual, etc., de ahí a llevarlo al extremo hay una notable diferencia.
Pero ver las cosas bajo este prisma hace que ya estemos emocionalmente mal, por ejemplo enfadados, y esto no va a facilitar que nos expresemos bien, que el otro miembro de la pareja nos escuche y nos tome en cuenta, porque probablemente se sienta atacado.
Inmadurez por parte de la pareja
Otro factor destacable es la madurez de cada uno. La falta de madurez influye en no tener la capacidad suficiente para ser lo más objetivos posible, ponernos en el lugar del otro y fomentar el diálogo y la búsqueda de solución.
Unido a esto, en algunas parejas en conflicto que vemos en consulta nos encontramos con que uno de los miembros asume más el papel de responsable, entonces la relación finalmente estará desequilibrada, porque uno invierte más que el otro en buscar la calma, acercarse a resolver los problemas, ceder más a menudo, etc.
Consecuencias de los problemas de convivencia en la pareja
Señalaremos tres factores a tener en cuenta como alarma, por ejemplo:
Aumento de las discusiones
Aumentan las discusiones, ya no sólo por temas domésticos o de convivencia, ya que es fácil generalizar el malestar a otras áreas de la pareja y comenzar a discutir casi por cualquier cosa.
Necesidad de pasar menos tiempo con la pareja
Debemos preocuparnos cuando dejamos de sentir esa necesidad de querer pasar tiempo con nuestra pareja, quizás porque nos encontremos cansados emocionalmente y por ello sin ganas de compartir cosas o intereses, e incluso el interés sexual.
Aumenta el castigo entra la pareja
En algunas ocasiones aumenta el castigo entre la pareja y disminuye o desaparece el refuerzo. Esta situación se da porque:
- Por un lado, solo nos fijamos en lo malo que hace el otro y exageramos la importancia que pueda tener. Cuando estamos en una postura defensiva continua, discutimos a la mínima.
- Por otro lado, dejamos de ser cariñosos y expresar nuestro afecto, tanto de manera verbal como con gestos, dejamos de ser agradecidos, es decir, dejamos de ocuparnos de hacernos sentir bien.
¿Cómo solucionar los problemas de convivencia en la pareja?
El psicólogo experto en terapia de pareja hará una buena evaluación del problema en concreto, y a partir de ahí, se elaborará un plan de intervención ajustado a esa problemática.
Será muy importante empezar a trabajar la flexibilidad con el otro y la empatía, así como las habilidades de comunicación, solución de problemas y negociación, para llegar a acuerdos que permitan a la pareja tener una convivencia plena, no sin que surjan desavenencias o desacuerdos en algún momento, que ya hemos visto que es algo normal, sino preparar a la pareja para que lo sepa gestionar adecuadamente.