Con mucha frecuencia y desafortunadamente, en nuestra sociedad son numerosas las situaciones de violencia de género y maltrato en las relaciones de pareja, esta violencia de género es mayor de lo que conocemos a través de los medios de comunicación.
Aunque cada vez existen más denuncias en cuanto a violencia de género, si nos referimos a las jóvenes, el porcentaje de solicitud de ayuda por su parte es muy bajo. Por un lado, hay quienes creen que controlan la situación y pueden cambiarla, y por otro existen muchos miedos que impiden contar lo que están viviendo, como el temor a que los adultos no les crean, a que se entere todo el mundo, miedo a que se tomen medidas judiciales, sentimientos de vergüenza ante familiares y amigos, la tendencia a minimizar los actos violentos, y como no, el terror a la reacción de la persona agresora.
¿Cuáles son las señales que a los padres pueden alertarles de que su hija pueda estar siendo víctima de violencia de género?
- Que se aísle tanto de la familia como de los amigos/as. Suele darse un menor espacio compartido con los familiares para pasar más tiempo con el agresor y evitar así situaciones que a éste le puedan “molestar”.
- Cambios repentinos de humor.
- Cambios en la forma de comportarse, formas de actuar distintas a lo habitual, modificar la forma de vestir, ocultar parte del cuerpo cuando se trata de violencia física.
¿Cómo se puede actuar?
- En primer lugar es importante intentar hablar con ella sobre la violencia de género en la pareja, explicarle cuáles son aquellas conductas que no han de considerarse “normales”, como las descalificaciones, el control, los celos, etc., que el agresor justifica como signo de amor.
- Hablar con su grupo de amistades, a veces ellos son conocedores de lo que está sucediendo.
- Hay que facilitar que puedan relatar lo que están viviendo sin que se sientan interrogadas ni agobiadas, por el contrario hay que dar confianza y escuchar atentamente sin juzgar.
- Hay que respetar sus tiempos, normalmente están confusas y el miedo no permite que puedan tomar una decisión. Pero es importante dejar claro que se trata de una situación peligrosa para su vida y que se ha de buscar ayuda, para lo que, como padres, se le va a ayudar y acompañar. “¿Qué hacer si mi hija ha sido maltratada? Sonia Vaccaro”
Este tipo de situaciones se viven, por parte de las adolescentes, con una carga emocional muy intensa y mucho miedo, como decía al principio, y por parte de los padres con sentimientos de rabia hacia la persona maltratadora y culpa por no haberse dado cuenta antes y no haber podido prevenir de algún modo la situación.
Los casos que acuden a nuestra consulta buscan esa ayuda externa y objetiva que facilita sin duda todo este proceso. A veces para la adolescente es más fácil contar lo que está viviendo a una persona ajena a la familia porque no quieren preocuparles más de lo que ya están, y tener una opinión profesional aparte de la familiar les hace ver la gravedad del asunto y la necesidad de tomar medidas. A los familiares hay que ofrecerles el apoyo emocional necesario y el acompañamiento psicológico en todo este duro proceso.
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