Los tratamientos de fertilidad: Prevenir que afecte a nuestra relación de pareja
En un día soleado, paseando por el parque no dejo de ver niños que ríen, juegan, saltan y se columpian. Sus padres les observan desde el banco próximo y esbozan una sonrisa sin darse cuenta. Si sigo andando, me cruzo con numerosos carritos de bebés conducidos por sus padres y madres, orgullosos por poder llevar al niño más guapo y simpático. Y es que esta escena se vive a diario en cualquier calle o parque de la ciudad pero muchos nos preguntamos qué hay detrás de cada niño, qué historia guarda su nacimiento.
Nerea, Sara, Diego, Hugo…, cuánto deseo e ilusión en la espera hasta su llegada. Esas madres a punto de dar a luz, hechas un manojo de nervios e invadidas por ese miedo a lo desconocido y a lo nuevo. Cuántas emociones durante el embarazo, en el parto, al ver su carita. La expectación de la familia, el amor. Y que tranquilidad cuando duerme mientras le tienes en tus brazos o le paseas en el carrito que elegiste para él… Que amalgama de sensaciones y de emociones por los deseos cumplidos.
Y sin embargo, ¿qué sucede cuando se decide tener un hijo, cuando se tienen todas esas emociones y se anhelan todas esas sensaciones pero no llega el ansiado positivo en la prueba de embarazo? Cuántas parejas sufren esto todos los días, llegando a sentir un verdadero sufrimiento psicológico al sentirse tan lejos de su objetivo. Se mezcla la propia sensación y deseo con la presión social que ejerce el ver a los demás niños, a los demás padres, la conciencia del paso del tiempo, sufrida sobre todo por la mujer, y la amenaza constante de la insatisfacción del objetivo.
Entonces comienzan las pruebas, los resultados, los diagnósticos, los tratamientos de fertilidad, y las soluciones. Pero durante todo ese tiempo, que se vive como eterno, acompañan a muchas de estas parejas los sentimientos de culpa, la ansiedad, el miedo, la angustia, la frustración, las inevitables esperas y la incertidumbre. Todo ello acompañado de una inestabilidad emocional, a veces, favorecida por los tratamientos hormonales.
En estos momentos la vivencia psicológica que pueda hacer cada miembro de la pareja sobre el “problema” y el estrés ocasionado por los tratamientos de fertilidad, afectará directamente a la relación de pareja, la cual podrá unirse aún más o deteriorarse a causa de tanto estrés.
Aprender a manejar dicho estrés, a llevar con la mayor calma las diferentes situaciones y fases de los tratamientos de fertilidad, saber manejar la incertidumbre y trabajar la intolerancia a la frustración deberían ser algunos de los factores más importantes a tener en cuenta, a la hora de enfrentarse a un proceso de este tipo. Disminuir el nivel de ansiedad y no dejar de atender y cuidar a la pareja deberían ser también, objetivos fundamentales.
Todo este trabajo psicológico, mientras la pareja se somete a los tratamientos de fertilidad,beneficiará no solo el estado de ánimo al pasar por las diferentes etapas, sino que también hará mas positiva la vivencia de todo lo que conlleva la espera y será un buen preámbulo ya que condicionará el estado emocional con el que se vivirá el tan ansiado embarazo.
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