Cuando una relación comienza y estamos en la fase de enamoramiento, experimentamos emociones muy intensas, tenemos muchas ganas de ver a nuestra pareja y permanecer a su lado todo el tiempo posible. Sin embargo, es posible que, en esta etapa, obviemos ciertos aspectos que no nos gustan de la otra persona, o que incluso no les demos mayor importancia.
Pero, ¿qué ocurre cuando la relación de pareja lleva más tiempo y empiezan a surgir conflictos? Puede que, en ese momento, aquellos aspectos a los que antes no le dábamos importancia comiencen a hacerse muy visibles, llegando incluso a pensar que ¡no soporto a mi pareja!
Y es que, todas las relaciones pasan por diferentes etapas y fases, en las que suele haber conflictos. Será importante que, cuando llegamos a pensar que ya no soporto a mi pareja, analicemos qué está pasando y si tiene solución.
A continuación, vamos a hablar sobre algunos aspectos que pueden contribuir a que no soportes a tu pareja.
¿Por qué no soporto a mi pareja?
➡ No es cariñoso/a conmigo
En muchas ocasiones, cuando pasan varios años de relación, disminuye el grado de pasión en la pareja. Esto, a veces, lleva a que disminuyan también las muestras de cariño y las interacciones positivas. ¿Has notado que eso ocurre en tu pareja? Esto puede ser una de las razones por las que tengas la sensación de estar cansada de tu relación y decir ¡ya no soporto a mi pareja!
➡ Nuestra situación ha cambiado
Las personas cambiamos a lo largo de los años, por tanto, es normal que nuestra relación de pareja también cambie. Puede ser que, al principio de la relación, vuestros gustos, aficiones, valores y metas fuesen compatibles y a lo largo de los años, uno de los dos, o ambos, hayáis cambiado y, por lo tanto, ya no os unan tantas cosas.
También, puede darse el caso de que sean circunstancias externas a vosotros las que hagan que vuestra relación se vea afectada, como, por ejemplo, problemas familiares o económicos.
➡ No me entiende
Aquí, sería bueno plantearnos qué necesitamos de nuestra pareja. A menudo, muchos de estos problemas están basados en nuestra comunicación. Imaginemos la siguiente situación: has tenido un día muy duro en el trabajo y cuando llegas a casa se lo cuentas a tu pareja esperando simplemente que te escuche y te abrace pero, puede que al llegar a casa, tu pareja no esté disponible para escucharte, o bien, que la respuesta que obtengas cuando se lo cuentas no sea la esperada. ¿Qué ocurre entonces?
Ante situaciones de este tipo, son frecuentes pensamientos como “no ha entendido nada de lo que he dicho”, “no comprende cómo me siento”, “no me escucha”, “no le importo”, etc.
Y es que si pensamos que nuestra pareja va a saber exactamente lo que necesitamos en cada momento, estamos equivocados. Si sé lo que necesito de mi pareja, evitará muchos conflictos poder decírselo directamente.
➡ Discutimos por todo
A menudo, cuando comienzan los problemas, comienzan las discusiones. A medida que nos vamos encontrando peor dentro de nuestra relación, nuestro foco de atención se centra en los aspectos negativos, favoreciendo que cada vez veamos más y más cosas que no nos gustan y acabemos pensando que “ya no soporto a mi pareja”. Esto va a aumentar mucho la posibilidad de que al final terminemos discutiendo por cualquier cosa, por pequeña que sea.
Es habitual encontrarnos en terapia, parejas que nos cuentan que han discutido en numerosas ocasiones a lo largo de la semana y, cuando les pedimos que nos cuenten las discusiones, en muchas ocasiones no son capaces de recordar el motivo que generó la discusión.
Seguramente el poner más atención en las cosas que no soporto de mi pareja, hace que experimentemos una gran dosis de emociones negativas, haciendo mucho más probable una discusión.
➡ Hay problemas familiares que afectan a la pareja
En ocasiones, el problema no está en nosotros, sino como he explicado anteriormente, puede ser que la causa de los conflictos esté en factores externos a la pareja, como son nuestros familiares. A veces, no es sencillo cuadrar con la familia de nuestra pareja, incluso puede que lo que no soporte no sea a mi pareja, sino a sus padres o a sus hijos, por ejemplo.
Si es esta la situación, pero quieres a tu pareja y las cosas entre vosotros, al margen de la familia, van bien, nuestro consejo es que no tires la toalla. En lugar de enfrentaros, buscar uniros ante el problema y juntos seguro que podéis encontrar la forma de solucionarlo.
¿Qué hacer si no soporto a mi pareja?
▶ Intentar averiguar qué es lo que ha cambiado
A menudo hacer un repaso de nuestra relación, nos ayuda a entender el proceso en el que nos encontramos actualmente.
Os recomendamos echar la vista atrás para localizar el punto en el que las cosas empezaron a torcerse, ¿qué pasó?, ¿qué cosas han contribuido a que el problema empeore?
Respondernos a estas preguntas puede darnos pistas para saber si el problema tiene solución y cómo solucionarlo.
▶ Cambiar el foco de atención
Nuestra atención no es capaz de integrar a la vez todos los estímulos que tenemos a nuestro alrededor, por lo que tiende a seleccionar aquellos que son más importantes para nosotros.
Si el pensamiento de que ya no soporto a mi pareja ronda nuestra mente, lo más probable es que nuestra atención se centre en recoger toda la información posible que apoye ese pensamiento, haciendo que cada vez este pensamiento gane más fuerza. ¿Podéis imaginar ya cuál sería el desenlace?
Aquello en lo que me fijo, es aquello que termino viendo. Si tenemos nuestro foco de atención puesto en buscar lo negativo, lo más probable es que acabe encontrando muchas cosas que no soporto de mi pareja y, por el contrario, cada vez me cueste más encontrar los aspectos positivos que me unen a él/ella.
▶ Pensar las cosas antes de tomar decisiones anticipadas
Estar mal en una relación de pareja genera mucho sufrimiento, por este motivo, no es de extrañar que, ante una mala racha, pensemos en la separación. Y es que, si pienso que ya no soporto a mi pareja, la decisión de romper la relación estará cerca.
No obstante, sería importante analizar toda la relación antes de tomar una decisión, ¿cómo hemos llegado hasta este punto? ¿Ya no soporto a mi pareja desde hace un tiempo o esta sensación es relativamente nueva? ¿Ha ocurrido algo que haya podido precipitar esta situación? ¿Aún sigo queriendo a mi pareja? ¿Qué cosas positivas encuentro dentro de nuestra relación? ¿Qué es lo que echaría de menos si rompiese la relación?
Contestarnos a estas preguntas puede ayudarnos a aclarar si la relación puede tener un futuro o es momento de plantearnos una separación.
▶ Acudir a terapia de pareja
Tendemos a pensar que las relaciones se mantienen solas y esto no es así. Una relación es como una planta, serán necesarios ciertos cuidados para que no se marchite. No es necesario un gran esfuerzo para que la relación siga adelante, sino que con pequeños detalles podemos conseguir que sea fácil y satisfactorio para ambos.
Acudir a terapia de pareja cuando la relación no está bien, puede suponer aprender herramientas que harán que vuestra relación mejore y, por tanto, podáis volver a ser felices juntos.
Beneficios de acudir a Terapia de Pareja en Psicomaster
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De despierta y abre la tienda y se vuelve a dormir. Se vuelve a despertar se baña y se va tres horas al gym regresa la llevo a dejar a los niños a la escuela regresamos desde ahí se acuesta hasta las 5:15 pm que la llevo a recoger a los niños regresamos la llevo a dejar al niño a claces de apoyo hasta lad 8 pm regresamos se acuesta y hasta otro día y ojo no digo que se duerma pero del tiempo que esta acostada un 40%esta en el celular y eñ resto dormida. Ni siquiera prepara comida
A lo mejor ella cayó en la monotonía que por eso no hace más que lo mismo todos los días, ser padres es agotador la verdad…