Probablemente, habrás observado a personas de tu entorno que emiten tics nerviosos. Es decir, pueden parpadear de forma excesiva, realizar gestos faciales arrugando la nariz o cerrando los ojos de forma repetitiva, mover brazos o piernas sin motivo aparente, etc… Se calcula que aproximadamente entre el 1 y el 2% de la población emite tics nerviosos. La mayoría de personas lo describe como un movimiento involuntario de diferentes grupos musculares y que se produce sin motivo aparente.
Veamos en profundidad en qué consiste.
Un tic nervioso está formado por 2 tipos de movimientos:
- El tic propiamente dicho, es decir, el tic primario y el tic secundario, el cual acompaña al tic primario pudiendo ser de prevención (qué hace la persona antes del tic) y de ocultación (cómo trata de ocultarlo).
Los tics nerviosos son voluntarios. Dado que son voluntarios, la persona puede emplear diferentes distracciones para modificar su frecuencia, es decir, puede aumentar o disminuir la emisión de tics nerviosos. Todos hemos visto en nuestro entorno como en determinadas situaciones, personas con tics nerviosos, en ocasiones lo hacen con una mayor frecuencia.
No se da atrofia muscular en los grupos musculares implicados.
No es doloroso.
Frente a los tics nerviosos, con las características señaladas anteriormente, existe otro tipo de movimientos, denominados de causa orgánica. Éstos se clasifican en 3 tipos:
- Espasmos
- Corea
- Temblores
Los 3 tipos de movimientos poseen unas características que los hacen diferentes a un tic. En este caso hablamos de movimientos involuntarios, cuya frecuencia no se puede modificar mediante técnicas distractoras, a diferencia de los tics. Otra cualidad es que se termina dando la atrofia muscular en los grupos de músculos implicados y en la mayoría de ocasiones son dolorosos.
Una vez encuadrado el concepto, vamos a clarificar el origen psicológico de los tics nerviosos.
¿Se aprende a emitir un tic?
En la literatura existen numerosas explicaciones al respecto del origen de los tics nerviosos. Uno de los mayores expertos en el estudio de los hábitos nerviosos, Arturo Bados, define un tic como “un movimiento truncado de retiro o agresión que se ve reforzado si coincide con la terminación del estímulo inductor de miedo o de tensión. Posteriormente, se generaliza a otras situaciones y llega a convertirse en un fuerte hábito” (Bados y col., 1991; Bados, 1995).
Es decir, una persona en un momento determinado de su vida, en una situación dada o ante determinada persona, aprende que emitiendo un determinado movimiento alivia, en parte, la ansiedad o el malestar que siente en ese momento.
Una vez que el tic está instaurado en el repertorio de conducta de la persona, queda incluso condicionado el intento por disimularlo con la emisión del tic, haciendo que tan solo con intentar encubrirlo, aumente la ansiedad o nerviosismo, lo que hace que aparezcan los tics nerviosos con mayor frecuencia.
Pongamos un ejemplo, imaginemos que Pedro comienza a emitir un tic (“guiño de un ojo”), ante situaciones en las que se encuentra incómodo. Cada vez que está en estas situaciones, ha aprendido de manera “automática” que emitiendo el guiño, nota cierto alivio. Cada vez que se pone nervioso ante una situación como, por ejemplo expresar su opinión en presencia de personas con las que no tiene confianza o que no conoce, emite el tic porque alivia, en cierta medida su malestar.
Durante un tiempo, esta estrategia le sirve para sentirse mejor. Sin embargo, pasado un tiempo esta estrategia deja de serle útil. Por mucho que emita el tic, su malestar no disminuye y además no puede dejar de emitirlo en situaciones que le generan malestar. Esto es debido a que está condicionado de manera clásica (condicionamiento clásico) con dichas situaciones. Es decir, la persona en esa situación lo emite, de forma “automática”, independientemente de que obtenga el alivio buscado.
¿Qué suele hacer una persona que emite tics nerviosos en estas circunstancias?
Comienza a emitir otros tics, intentando buscar otra estrategia que le sea útil. En el momento en el que encuentra un movimiento que le alivia momentáneamente, lo emite, pasando éste al repertorio de conducta de la persona y permaneciendo, incluso aunque deje de serle válido pasado un tiempo.
Generalmente, encontramos que las personas que emiten tics nerviosos, suelen tener más de uno en su repertorio de conducta.
¿Qué puedo hacer si emito tics nerviosos?
Acudir a un médico, al no tratarse de una patología orgánica, tendrá un efecto únicamente paliativo, con el añadido de tener efectos secundarios, en la gran mayoría de ocasiones.
Los principales fármacos que se emplean son el haloperidol y la pimocida, con los consabidos efectos secundarios: trastornos del movimientos y lentitud cognitiva.
Dado que estamos ante un problema psicológico, el primer paso es la búsqueda de un psicólogo capaz de explicar tanto el origen como el mantenimiento del problema analizándolo en profundidad, (análisis funcional), tras el cual comenzaría la parte activa para el cliente, es decir, la aplicación del tratamiento.
Cada caso es único, atendiendo a la información recogida en el análisis funcional del problema de cada sujeto, por lo tanto, siempre se aplicaran las técnicas en función de dicho análisis.
Las técnicas o instrumentos más empleadas, de acuerdo el análisis funcional de un caso como el de Pedro de son:
- Relajación muscular progresiva. Para conseguir en Pedro, un estado de relajación, dado que como hemos explicado, la tensión puede agudizar los tics nerviosos.
- Autorregistro de los tics. Antes de iniciar el entrenamiento y durante una o dos semanas, se ha de obtener un registro diario de la frecuencia y, quizá, de la intensidad de cada uno de los tics en varios momentos y actividades a lo largo del día. El autorregistro permite al cliente ser más consciente de los tics cada vez que se producen, lo cual es un paso muy importante para controlarlos. El autorregistro debe continuar durante el tratamiento, ya que permite ir comprobando los progresos.
- Autorregistro de identificación de las situaciones que afectan a la ocurrencia de los tics nerviosos. Permite que cuando el sujeto esté a punto de entrar en las situaciones facilitadoras de los tics o acabe de hacerlo, pueda practicar las reacciones incompatibles adecuadas, lo cual ayuda a prevenir la ocurrencia del tic.
- Práctica masiva (emisión y detención voluntaria). Con esta técnica la persona aprenderá a controlarlos y conseguirá reducirlos. Para identificarlos, se elabora un listado para saber qué hace la persona antes de emitir un tic y después. (Tics secundarios).
- Entrenamiento en reacción de competencia. Mediante esta técnica, aprenderá a emitir movimientos incompatibles con los tics nerviosos, hasta que disminuyan las ganas de emitir el tic.
- Revisión en detalle de los inconvenientes de los tics. Se trata de revisar en detalle todas las molestias e inconvenientes que causan los tics, así como las ventajas y aspectos positivos de reducirlos o eliminarlos.
Referencias.
Azrin, Nathan H. (1987). Tratamiento de hábitos nerviosos: Tartamudez, tics, morderse las uñas, arrancarse el cabello, etc.
Bados López, Arturo (2002). Los tics y sus trastornos. Naturaleza y tratamiento en la infancia y adolescencia.
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“Nuestro equipo se compone de varios psicólogos en Madrid capital de orientación Cognitivo Conductual, Terapia de Aceptación y Compromiso, EMDR y Servicio de Psiquiatría. Un equipo de especialistas titulados con varios master de formación, experiencia y altamente cualificados.”
buenos dias,me ha gustado mucho vuestro articulo, vivo en barcelona, tengo un hijo con muchos tics medicado con 13 años. sabeis de algun bien psicologo que pueda hacernos un tratamiento asi en barcelona?
gracias
Hola Ana, me alegro que te haya podido aportar nuestro artículo. Te dejo enlace a un Centro en Barcelona donde pueden ayudarte: https://mensalus.es/
Mis mejores deseos para ti y tu hijo.
Hola Ana. Tengo un hijo de casi 6 años con tics y tras tac de cerebro y análisis de sangre está todo bien. Pero los tics persisten y van a más. Vivo en Valencia y quisiera información de algún psicologo especializado en ello al que pueda acudir para iniciar tratamiento con mi hijo.
Muchas gracias y enhorabuena por el artículo.
Hola Isidro, te paso enlace de un Centro en Valencia en el que trabajan este problema: http://www.centropsicologialopezdefez.es/. También puedes llamar al Colegio Oficial de Psicólogos de Valencia para que te puedan orientar si lo deseas.
Un saludo y que pronto se recupere tu hijo de esos síntomas
Hola,mi infancia fue en un campo de concentración ,pq aquello no se podía llamar casa,esa psicópata ,pq no soy capaz a llamarla madre..y ese calzonazos,pq tampoco lo puedo llamar padre….me destrozaron la vida,pero como era poco,el hermano de la psicópata abusaba de mi y ahí empezaron mis tics , estoy amargada,me agotan,me causan dolor físico , vergüenza y cada día van en aumento, necesito ayuda..voy a una psicóloga pero no me puedo permitir todas las sesiones q necesito
Bienvenida Katy,
Es muy duro cuando la familia no nos acoge y no nos proporciona un apego seguro. Es muy necesaria tu terapia para sanar esos traumas, no se desde donde nos escribes pero te animo a hablar con tu médico o asistente social en tu comunidad autónoma pues hay psicólogos para personas con bajos recursos que pueden ayudarte a tener mayor continuidad en tu terapia. Puedes llamar también al colegio de psicólogos de tu provincia, si estás en España para que te den más información.
Mucho ánimo y no dejes de luchar por tu bienestar
Hola,si ,escribo desde España,ya estuve en un psicologo de la seguridad social pero ademas de consiguir una cita cada 4 meses,tampoco servia de nada,era un ser pasivo,por eso vo por particular.Muchas gracias por responder,solo eso ya me da fuerzas para segir adelante